Un PGOU debería tener una vigencia de no más de 8 años, aunque la visión a la hora de redactarlo debería ir algo más lejos, y las personas redactoras debarían pensar en que de lo que vayamos haciendo hoy va a depender el futuro... Y debería haber posibilidades de deshacer lo mal hecho. No valen excusas para no cambiar lo que está mal planificado o para adaptarnos a las nuevas necesidades, expectativas, incluso formas de ver la vida...
Por ese motivo me da un poco de miedo oír a compañeras que han acudido a las reuniones del Lantalde (ese grupo de ciudadanas y ciudadanos que van a poder participar en el diseño del PGOU aunque sea de manera testimonial, no vinculante) que una y otra vez les repiten que el PTP marca las directrices de lo que va a ser el Plan General, que no hay forma de cambiar eso... (buf, si parece que se pueden cambiar hasta las constituciones, ¿no va a ser posible cambiar una ley de rango tan local como un PTP?, no me lo creo), que los Planes Sectoriales condicionan sí o sí el diseño urbano de Getxo...
Tal vez sea así, pero... ¿no es un chocante que vayamos a diseñar algo saliendo de un dibujo ya hecho y que, además, no nos gusta a muchas de nosotras? (me refiero al PTP del Bilbao Metropolitano, diseñado en una época de vacas gordas, de auge de la construcción y la especulación inmobiliaria, con expectativas de gran crecimiento y donde se trata a Getxo y otros municipios de Uribe Kosta como meros barrios-dormitorio de Bilbao). Si no nos gusta, vayamos a cambiarlo... Y empecemos a hacerlo en el PGOU de Getxo... Es decir, vayamos señalando lo que no nos gusta y solicitemos que incluyan esos cambios en el PTP.
Concreto. Tenemos la posibilidad de hacer un diseño desde lo pequeño -barrios y plazas de Getxo- a lo más grande; un plan general desde la dimensión ciudadana -que vive, disfruta, compra, pasea... en Getxo- y no desde un mapa realizado por personas que no conocen qué hay detrás de cada grafía, cada línea, cada recuadro... Partamos de un dibujo en blanco, diseñemos qué queremos y después, veamos si es posible, o si es necesario cambiar los trazados de carreteras, los ptps... para que se adapten a las necesidades de las personas. Y no al revés.
Me temo que eso no es lo que está en el ánimo de nuestros dirigentes, ni tan siquiera en el del equipo redactor. Y por eso, me uno a quienes no se fían y piensan que esto del Lantalde puede ser tan sólo una coartada legitimadora de un proceso que está decidido de antemano.
Me encantaría equivocarme.
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